(Este es un email específico sobre el curso de Planificación Estratégica para Pequeños Negocios.)

La Odisea relata como sabrás el viaje de vuelta a casa de Ulises, después de la guerra de Troya.

En su casa le esperaba su esposa, Penélope, asediada por pretendientes, que querían convertirse en los nuevos reyes de Ítaca.

Hacía mucho que Ulises se había marchado y casi todo el mundo lo daba por muerto.

Como ya todos le pedían que se decidiese y ella quería posponerlo al máximo, dijo que iba a tejer una prenda y cuando la acabase elegiría uno de ellos.

Pero, como ya sabes, cada noche deshacía casi todo lo que había tejido durante el día, y así la obra no avanzaba demasiado deprisa.

Y como los pretendientes estaban alojados y comían y bebían gratis en el castillo de Penélope, pues imagino que aunque tuvieran ganas de ser el elegido, tampoco la presionaban de más, para no perder el chollo.

El caso es que Ulises volvía a Ítaca.

O al menos lo intentaba.

Porque los dioses habían decidido ponérselo difícil. Muy difícil

En un momento del viaje tenía que pasar por un estrecho (se piensa hoy que se trataba del Estrecho de Messina, pero no se sabe con certeza).

A un lado de este estrecho, que era bastante estrecho, habitaba un monstruo llamado Escila.

Escila tenía 6 cabezas sobre 6 cuellos larguísimos, y devoraba a todo el que se ponía a su alcance.

Al otro lado del estrecho había otro monstruo – Caribdis – que tragando y devolviendo cantidades ingentes de agua generaba unos remolinos que llevaban a pique a cualquier barco que se aproximase.

El estrecho era tan, tan estrecho que la posibilidad de alejarte de Escila lo suficiente como para estar a salvo de ella, sin que te absorbiese Caribdis era remotísima.

Ulises decidió acercarse al lado de Escila, pasar muy rápido, y perder 6 marineros.

Este relato se utiliza hasta hoy. Estar “entre Escila y Caribdis” es sentir que estoy entre dos opciones que no me apetecen.

Pero en realidad, lo que Ulises vio es que para el viaje en su conjunto, la opción era realmente entre perder una parte o perderlo todo.

Claro que los que murieron devorados por Escila igual contarían otra historia.

Ahora estás en una situación similar.

Si quieres que tu negocio pase al otro lado del “estrecho”. Si te gustaría que saliese a mar abierto, y ver todas las posibilidades que están ahí y probablemente ahora no ves, tienes que pasar por el estrecho y enfrentarte a Escila O Caribdis:

Si te enfrentas a Escila, puedes perder:

  • Tu zona de confort en la que te mueves.
  • Sentirte imprescindible en tu negocio.
  • La rutina de quejarte, justificarte y repetirte.
  • Tu manera de interpretar tu negocio.
  • Tu manera de interpretar tu papel en tu negocio.
  • Sentirte cómodo en el tamaño de tu negocio.

Si para alejarte de Escila, y no perder todo esto, te dejas atrapar por Caribdis, lo más habitual es que acabes en un torbellino en el que lo mejor que puede pasar es que des vueltas y vueltas constantemente – y si haces suficiente esfuerzo no te hundirás.

En el peor de los casos, como ya te imaginas, Caribdis acabará contigo, porque es inmortal y tiene una fuerza inacabable.

Porque, esto es un secreto que te cuento ahora que no nos oye nadie, en realidad en el mundo de los negocios (pequeños o grandes) no existe el estar parado. Si no estás creciendo y desarrollándote, estás retrocediendo.

Así que: Tú eliges.

Curso de Planificación Estratégica Simplificada para pequeños Negocios.

Tu negocio te lo agradecerá.

Tu te alegrarás.

Aquí para indicar tu interés.