En realidad, para dar un salto a tu negocio, sólo tienes que fijarte en 3 o 4 cosas. La planificación estratégica es la manera más directa de saber cuáles son.

Pero no lo quiero pintar todo de color de rosa.

Porque después de tener tu plan tienes que esforzarte.

Necesitas generar la disciplina de no dejarte distraer y aguantar.

Y sobre todo de no “hacer de más”.

Y aceptar que de todo lo que haces durante el día, semana tras semana, mes tras mes, sólo unas pocas cosas realmente tienen efecto sobre tu negocio (lo siento, así es).

Te podría contar varias historias de clientes con los que una vez que hemos identificado las 3 o 4 cosas en las que tienen que fijarse, todo el trabajo que hacíamos se centraba en ayudarles a controlar sus ganas de “toquetear”, modificar, intervenir.

En darle tiempo.

Hasta hemos llegado a acordar que después de pasar un par de horas en el negocio, se marchasen a dar una vuelta el resto de la mañana o de la tarde.

Sólo para resistir la tendencia a cacharrear con el funcionamiento del negocio.

A “mejorar”.

A intentar otra cosa nueva que acababan de leer.

Es muy difícil. Como emprendedor o empresario estás habituado a “hacer”. No tanto a “dejar hacer”.

Ni a dejar que se hagan las cosas.

A ponerlas en marcha y darles su tiempo.

Y tú a otra cosa.

Una manera de seguir así, sintiéndote – eso sí – muy ocupado y que trabajas mucho (y que de alguna manera esto a la larga se premia) es no buscando las 3-4 cosas que realmente son la clave.

Y déjame que te diga: si no las has buscado concretamente, NO sabes cuáles son.

Otra cosa es que sientas que sí, pero lo más probable, con diferencia, es que no tengas ni idea.

Así que esta es la disyuntiva: o te dejas llevar por la necesidad de siempre estar haciendo, interviniendo, arreglando, corrigiendo, “Mejorando”, etc. que probablemente sea el principal problema de tu negocio, o dedicas tiempo focalizado a identificar las 3 o 4 cosas que realmente son clave, las pones en marcha y te quitas de en medio – excepto para “monitorizar”.

Lo primero probablemente ya lo conoces. Lo segundo es “terra incognita”, esa tierra por explorar que tanto miedo nos puede dar, pero en la que hay inmensas posibilidades.

Está a punto de salir una caravana este lunes para explorar esta “terra incognita”.

¿Te apuntas?

Uno de los resultado más claros del proceso de planificación estratégica es que te queda meridianamente claro en qué 3 o 4 segmentos está tu éxito (probablemente no sea el que piensas), qué competencias estratégicas te van a dar una ventaja competitiva ante tus clientes, cómo captarlos… y, sobre todo, en qué 3 o 4 cosas necesitas enfocarte tú.

Y así.

Luego, ya te adelanto, necesitarás controlar tu necesidad de toquetear, de sentir que trabajas mucho…

Pero si aguantas un poco y empiezas a ver los resultados, seguro que encontrarás la manera.

Empezamos HOY.

Aquí para apuntarte.

PD. Es cierto que la vida antes y después de hacer una planificación estratégica es diferente.