RanasHe oído por ahí que Mark Twain afirmaba que comenzar el día tragándote una rana viva tenía la gran ventaja de que sabías que, a partir de ese momento, el día sólo podía mejorar.

La mayor parte de nosotros está tan desbordada por cosas que tenemos pendientes, que sabemos que deberíamos hacer, o incluso que queremos hacer, que finalmente puede que no hagamos nada de esto y nos dejemos llevar por las cosas que van surgiendo, y que por inmediatas o aparentemente urgentes nos impelen a dedicarnos a ellas sin necesidad de pensar o seleccionar. Pero conforme continuamos funcionando así, más y más cosas quedan pendientes, sin acabar o necesitadas de una resolución.

La velocidad a la que se acumulan las tareas que tenemos que hacer es verdaderamente impresionante y, con los sistemas de comunicación existentes, cada vez lo será más. Así que hemos de comenzar a aceptar que nunca vamos a lograr hacer todas las cosas que “tenemos que hacer”. Pero sí tendremos tiempo para hacer las cosas importantes. Sólo queda que establezcamos las prioridades y tengamos claro qué es importante y qué no lo es.

Una vez que tenemos esto claro y, por aquello de mantener la metáfora que he comenzado, podemos decir que “esa cosa que es importante, pero no me apetece hacer” se trata de una rana, entonces ya tenemos una manera de verlo: si me trago la rana para comenzar el día, lo más probable es que mi día sea mucho más positivo y productivo que si me dedico todo el día a hacer como que estoy demasiado ocupado para dedicarme a ello. En primer lugar, porque me sentiré mucho mejor por finalmente haberlo hecho, y porque desocuparé mi mente de este “runrun” que me recuerda constantemente que aún tengo esto por hacer… Y además, el resto del día sólo puede ir a mejor!

En concreto:

Identifica cuál es la tarea más importante que puedes hacer hoy por tu desarrollo o por tu empresa. Y hazla en primer lugar.

Estarás caminando por la senda “secreta” de quienes tienen éxito: hacen las cosas que los demás no hacen.