El coaching empresarial es una disciplina que trata de ayudar a personas en el mundo de la empresa a mejorar su desempeño. Esta es una definición muy amplia, por supuesto, pero es que se utiliza para actividades e intervenciones de muy diferente índole.
O, lo que podemos denominar coaching empresarial para pymes y micropymes. Dirigido a propietarios y gestores de pequeñas empresas y micro-empresas.
Una característica que diferencia al coaching empresarial para pymes y micro pymes – es decir, coaching empresarial para pequeños negocios – es que la persona que lo recibe puede necesitar algo más que sólo coaching “puro”.
Puede necesitar orientación, mentoría, incluso formación.
A esto último lo llamo yo coaching empresarial para pymes, o coaching empresarial para pequeños negocios.
¿Cuál es la diferencia entre coaching empresarial y el coaching “puro”?
El coaching “puro” está exclusivamente orientado a que la persona que recibe el coaching obtenga de su interior las respuestas a sus dificultades, dilemas o bloqueos, gracias a las preguntas, planteamientos y devoluciones de su coach.
El coach no tiene por qué tener conocimiento específico del trabajo concreto de la persona (esto, en realidad, es una situación casi utópica, pues los coaches se suelen especializar por áreas de interés personal o conocimiento).
De hecho, en los niveles más altos del coaching, el coach no necesita tener conocimiento de cuál es el problema que el cliente tiene. Esto es así porque en realidad los “problemas” lo son normalmente por la interpretación que la persona que tiene el problema hace de la situación. Otra persona no vería necesariamente un problema, o el problema no sería elmismo.
En cualquier caso, la idea es que es el “coachee” – la persona que recibe el coaching – la que conoce sus verdaderas opciones, la que accede a su conocimiento y sus recursos a su propia velocidad, etc.
En el coaching empresarial en sus diferentes variantes, además de esto, que es realmente muy importante, intervienen otros aspectos que lo acercan a mentoría, consultoría o incluso formación específica.
Podríamos decir que existe un continuo entre coaching “puro” y “mentoría, formación y coaching” (o coaching mixto, como se llama a veces) que iría desde sólo coaching puro – como opción más adecuada para un ejecutivo de alto nivel en un gran corporación (que conoce de sobra sus objetivos y opciones, pero puede estar luchando con interpretaciones desequilibradas, o resistencias personales), hasta un coaching mucho más directivo y mezclado con formación, sugerencias e indicaciones que es la versión que, en mi opinión y experiencia, es la más adecuada para los pequeños empresarios y, sobre todo, los microempresarios.
Y aquí incluyo a los profesionales liberales que trabajan por cuenta propia.
Ejemplos de coaching empresarial
1) Ejemplo de coaching empresarial “puro”
Por ejemplo, una ejecutiva de alto nivel conoce los objetivos esperados y lo que debería de estar haciendo, pero puede que se observe a sí misma esquivando una confrontación y, aunque ve que a la larga puede agravar la situación, no logra dar el paso que sabe que necesita dar. Su desempeño se ve afectado y, por lo tanto, su carrera profesional.
Puede estar incluso recibiendo feedback negativo en sus revisiones.
En este caso, un coach puede trabajar con coaching puro. De hecho, sería lo suyo.
Realmente, en una situación así, casi no nos hace falta, como coaches, conocer detalles de la situación.
Nuestro trabajo es ayudar a la persona a explorar sus mecanismos internos mediante preguntas sobre lo que oímos y mediante compartir lo que nos llega de lo que dice.
2) Ejemplo de coaching empresarial “mixto”
Por ejemplo, una pequeña empresa de asesoría jurídica y contable que llevan tiempo en activo, pero no acaba de “despegar”.
Tras una entrevista resulta evidente que el propietario es una persona que está mayoritariamente focalizada en el servicio.
En que sus clientes estén contentos.
Todo lo que hace además de esto, lo siente como trabajo “extra” para el que en realidad no tiene mucho tiempo.
Trabaja muchísimo, y no puede tomarse tiempo libre, ni vacaciones.
Ya llevan 5 años así y la esperada “suerte” no acaba de llegar.
Es cierto que a base de preguntas socráticas, la persona puede acabar dándose cuenta en unas semanas que no tiene un modelo de negocio claro, o que no ha lanzado una estrategia de marketing, ni tiene una manera de diferenciarse, o que está muy focalizada en el producto y no en el negocio… pero también lo puede ver en un día, si la persona que lo acompaña (el o la coach empresarial) se lo indica.
Es importante para el coach entender que el hecho de que la persona se apoye sobre él para más formación y consultoría no es necesariamente una dejación.
Realmente está viviendo en un mundo en el que lo más importante no es el negocio, sino el producto.
Personalmente, considero que sí es responsabilidad del coach ayudarle a ver esto lo antes posible, o al menos plantear la posibilidad, para que pueda comenzar a redirigir sus acciones con claridad mucho antes.
Un ejemplo de las diferencias en el coaching empresarial aplicado a diferentes negocios
Coaching empresarial para estudios de arquitectura
Además, hemos de tener en cuenta que cuando hablamos de coaching empresarial podríamos estarnos refiriendo a:
- Coaching gerencial. Focalizado en gerentes,
- Coaching ejecutivo. Dirigido a ejecutivos de diferentes cargos y grados de responsabilidad,
- Coaching de equipos. Que pueden ser equipos claramente establecidos, departamentos, equipos temporales para proyectos concretos, o, incluso, equipos que son permanentes pero que no suelen sentirse como equipos – como en el caso de los equipos de dirección, donde puede primar más la competencia y la defensa de su ámbito de responsabilidad, con el consiguiente deterioro de las posibilidades de éxito de la empresa.
Conclusión
Desde el punto de vista del coaching, lo más puro es lo primero: que la persona se vaya dando cuenta a su ritmo. Además, así, las realizaciones que va teniendo son más duraderas, tienen más fuerza, y es mucho más probable que se conviertan en acciones concretas.
Desde el punto de vista de un pequeño empresario que está peleando por no hundirse, lo más correcto y profesional – a mi modo de ver – es lo segundo.
No se trata de si el coach es “purista” o no.
Se trata de que el coaching puro es una herramienta muy potente. Pero no es siempre la más adecuada para todo.
Es una herramienta más en la caja de herramientas del coach empresarial.
El coaching empresarial, aunque tenga componentes de otras disciplinas, sigue siendo coaching
Lo que es muy importante es que, para mantener la filosofía básica del coaching empresarial o de cualquier tipo, todas las indicaciones o transmisión de información se hagan a modo de sugerencia o apertura de posibilidades.
Y no como una imposición.
En este último caso, sería el coach el que acabaría dirigiendo la intervención y, si no hay cuidado, asumiendo la responsabilidad por la implantación o no de las medidas.
Algunos aspectos del coaching empresarial para pymes importantes a tener en cuenta:
- Se mantiene en todo momento la responsabilidad del empresario o dueño del negocio sobre si hará el trabajo sugerido o no,
- El éxito que se obtenga siempre será responsabilidad del coachee – la personas que recibe el trabajo,
- El papel del coach empresarial es el de un “partner”. Un socio a la hora de pensar, investigar, decidir por dónde continuar. Una caja de resonancia para sus ideas. Quien es responsable de decidir si se hace algo o no es el empresario.
- El empresario que está recibiendo coaching empresarial es una persona con sus habilidades, sus dificultades, su personalidad. Aparte de ausencia de conocimientos concretos en algún momento, a la larga las dificultades vienen por su constitución psicológica actual. Su manera de interpretar el mundo, de interpretarse a sí mismos. Sus creencias. Sus experiencias.
1 Comentario