Sin duda es un momento muy bueno para repasar nuestros objetivos y ver cómo vamos.
¿Nos acercamos a buen ritmo? ¿Nos hemos quedado un poco atrás? ¿Ya ni me acuerdo de qué objetivos me había fijado?
Los objetivos, sobre todo siendo SMART, nos sirven a modo de marcador en un partido de fútbol.
El día 11 de julio, veíamos todos que acababa el tiempo reglamentario en el partido entre España y Holanda y el resultado era 0-0. Comienza la prórroga y conforme transcurren los minutos comenzamos a ponernos más y más nerviosos… empieza el segundo tiempo de la prórroga y el fantasma de los penaltis se hace cada vez menos fantasmal y comienza a adquirir cuerpo. A unos minutos del final, Iniesta marca y se desata la locura.
Si recuerdas lo que ibas sintiendo conforme pasaba el tiempo, notarás el efecto que tiene un marcador: resultado y tiempo. Sin duda, también habrás visto cómo esto afecta a los jugadores: los holandeses, ya sin tiempo, se lanzaron a un ataque desesperado. Veían el resultado y el tiempo que quedaba y reaccionaron, pero tarde (afortundamente para España).
Esta misma labor es parte de lo que ofrecen los objetivos: sabes siempre qué tal vas y cuánto tiempo tienes para lograr tu objetivo. Un partido sin marcador y sin tiempo fijado sería muy diferente: la mayor parte de las pymes se gestiona así.
¿Qué tal vas con tus objetivos? Si no estás avanzando al ritmo adecuado, ¿qué vas a hacer?