En el post de “En busca de la Felicidad”, hablábamos de cómo el aumento de posibilidades es una fuente de insatisfacción y dificultad para elegir.
Pero hay más: una vez que hemos “decidido” (lo pongo entre comillas porque “decidido” quizá sea una palabra muy fuerte para nuestra manera de ir optando por esto o aquello) y nos ponemos en marcha, enseguida empezamos a mirar con interés y deseo otra nueva posibilidad…
Por ejemplo, como existen miles y miles de dietas “modernas” (y cambiantes), centenares o miles de libros sobre marketing, millares de videos sobre cómo mejorar tu negocio, decenas de libros sobre técnicas de canto… todo esto se puede convertir en las cuatro patas con las que distraigo al león (y no me pongo, como vimos en la anterior entrada).
Pero una vez que opto por una y me pongo a ello, me enfrento al síndrome de cuestionarme lo que he decido o de dejarme atraer por otras posibilidades: decido empezar hoy algo (una dieta, por ejemplo, o un sistema de marketing) y dentro de una semana me pongo con otra dieta u otro sistema, o empiezo a modificarlo para incluir “lo último” que he oído. Al final, acabo por no seguir ningún sistema concreto, con lo cual no obtengo resultados satisfactorios, y vuelvo al punto de partida, pero ahora con menos energía y más sensación de frustración.
Hay una manera más fácil de conseguir excelentes resultados con mucha menos dedicación de energía y menos frustración.
Back to Basics
Cuando jugaba a baloncesto en el instituto (yo vivía por entonces en Canadá), al inicio de la temporada los entrenadores nos hacían volver a repasar los fundamentos: botar, pasar, tirar a canasta. Horas de esto al principio de la temporada. Nada de estrategias, aclarados, driblar, juegos de piernas… Nada. Sólo volver a repasar los fundamentos. Según tengo entendido, en las grandes ligas, los profesionales hacen lo mismo cada cierto tiempo: vuelven a los fundamentos.
Los fundamentos de una disciplina son… pues eso: fundamentales.
Y si no somos especialistas, o profesionales avanzados, o eruditos en la materia, los fundamentos nos pueden llevar muy, muy lejos. Sólo con los fundamentos nos podemos convertir en profesionales dignos en casi cualquier disciplina o área de conocimiento. Lo que no nos hará expertos, ni nos dará resultados satisfactorios, es ir picoteando de acá y de allá en lo último que se le ha ocurrido a algún especialista, o estar al tanto de los últimos desarrollos de una disciplina, si no tenemos los fundamentos bien asentados.
Algunos ejemplos de “fundamentos” que todos conocemos y que si hacemos nos harán avanzar:
- Si se trata de perder peso: comer menos, comer alimentos más naturales y hacer algo de ejercicio. Ya está. Si hago esto durante unos cuantos meses, veré los resultados. No hace falta dedicar años a ver cuál de los centenares de dietas voy a elegir.
- Si se trata de convertirme en un buen artesano: aprender las técnicas básicas de mi oficio, buscar un mentor o profesor, dedicar tiempo todos los días, de manera prioritaria, a ejercitarme en esto. También: conseguir que un artesano me acepte como aprendiz. Fijarme en lo que hace.
- Si quiero ponerme en forma: salir a caminar todos los días unos minutos a buen paso, aumentar el tiempo en 5 minutos al día, cuando pueda caminar 25-30 minutos, comenzar a correr 5-7 minutos al día, aumentar 1-2 minutos al día. Al cabo de un mes o 45 días, estarás corriendo 3-4 kilómetros diarios. Si quieres continuar mejorando, busca un objetivo de tiempo, duración o distancia y acércate a él de manera gradual pero constante.
- Si quiero llegar a más clientes: identificar a mi cliente ideal, formular por escrito cómo mi negocio le ayuda a resolver problemas, averiguar dónde va mi cliente y cerciorarme de que me encuentre allí…
- Si quiero vender mejor: organizar mi día alrededor de la prospección, ponerme objetivos de número de contactos, preparar los guiones que utilizaré, dedicar un tiempo concreto a llamar y hacer seguimiento de ventas, tras cada contacto hacer un post-mortem de cómo ha ido, repetir todos los días.
Aunque no seas un especialista en ninguna de estas disciplinas, si te dedicas, de manera deliberada y continuada, a las acciones que he apuntado en los párrafos anteriores, tras 6 meses de hacerlo habrás perdido peso, o habrás mejorado la producción de tu artesanía, o estarás más en forma, o tendrás más ventas… Si dedicas tiempo estructurado de manera continua y deliberada a las acciones que aparecen en cualquiera de los apartados, te garantizo el resultado.
Y así en casi cualquier objetivo que te puedas poner: aprender un idioma, viajar, aprender historia, jugar al golf, jugar al ajedrez, aprender a vender… Identifica los fundamentos y dedícate a aprenderlos y ponerlos en práctica de manera deliberada y continuada. Los resultados pueden exceder ampliamente tus mejores expectativas.
Un ejemplo de mantenerse en lo básico
Utilicemos el ejemplo de hacer un plan de marketing e implantarlo. Los fundamentos podrían ser tan básicos como los que explico en el plan de marketing en 3 líneas. O si queremos ser algo más explícitos:
- Identificar a mi cliente ideal
- A) Primero identificar y b) luego formular con claridad cómo le ayuda mi empresa, producto o servicio
- Averiguar dónde va mi cliente (en realidad, donde va su atención: qué lee, donde acude, qué cosas hace)
- Hacer un plan para estar donde está (la atención de) mi cliente: publicidad, llamadas, networking… y contactar con él.
- Decidir durante cuánto tiempo te vas a mantener en estas actividades (piensa que 4-6 meses es lo mínimo).
- Mantenerme durante el tiempo decidido, sin variar (excepto pequeñas mejoras), midiendo concretamente el resultado de lo que hago.
- Al final de los 6 meses (o el tiempo que haya dedicado), decidir si continúas, modificas, o cambias.
Sin prisa se llega antes
Así que, en cualquier reto que te propongas, o cualquier camino de mejora que quieras recorrer, es importante que dediques tiempo a identificar los “fundamentos”. Qué es lo básico que necesitas saber para mover esto hacia delante con un avance razonable. Al igual que ocurre con los ahorros -moderados, pero continuados-, los avances moderados, incluso pequeños, mantenidos en el tiempo nos dan una mejora espectacular con el tiempo.
Según Perez Galdós, un día Fernando VII, observando el nerviosismo y los errores de su ayudante de cámara que por los nervios no acertaba a ayudar al rey a vestirse para una importante cita, le dijo “Vísteme despacio que tengo prisa”.
Podemos modificar esta cita algo y decir: “Si quieres llegar lejos y conseguir ver cambios positivos, cíñete a los fundamentos y mantente en el camino elegido un tiempo prudencial, sin prisa por ver los resultados en una semana o dos”.
Resumiendo
Hay dos ideas que subyacen todo esto:
1. Identificar los fundamentos y aplicarlos de manera deliberada y constante
Identifica los fundamentos (lo que subyace cualquiera de estas disciplinas o actividades) y aplícalos. No hay nada más poderoso que aplicarse de manera deliberada y constante a algo. Es el camino más rápido hacia el éxito. Y el camino que siguen todos los que son exitosos, incluso si tienen mucho talento. Geoff Calvin escribió un libro sobre esto que tuvo mucho éxito (actualmente no sé si está disponible en español). Recomiendo su lectura.
2. Protegerse de los cantos de sirena de lo novedoso, lo nuevo, lo último
A la larga, lo que hace que un negocio prospere y se mantenga es que se siguen los criterios empresariales “de toda la vida”. La innovación puede estar en el producto, o en el modelo de negocio, pero el negocio en sí mismo se sigue rigiendo por los criterios de sensatez, previsión, equilibrio y creatividad ante las dificultades de siempre. Sólo la manifestación externa de esto ha cambiado. No te dejes engañar por que aparezca algo nuevo que parece mejor.
Esto parece ir en contra de todo lo que nos rodea y nos intentan vender en la actualidad: velocidad de cambio, prisas, novedades, nuevos detalles, descubrimientos… Recuerda en primer lugar que quien te lo ofrece no tiene tu interés en mente, sino el suyo (y no hay nada de malo en ello, pero hay que recordarlo), y en segundo lugar que es muy difícil – habría que ser un gran experto – avanzar más rápidamente y obtener mejores resultados que los que obtendrías manteniéndote centrado en los fundamentos de lo que sea que estás haciendo. Por algo son los fundamentos.
¿Más aburrido? Puede
¿Más eficaz? Muchísimo más
Identificar los fundamentos de lo que quieres hacer, y dedicarle tiempo continuado e intencionado es la fórmula más rápida para el éxito razonable en lo que te propones.
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