Estos días mi energía está bastante centrada en un cliente y, sobre todo, amigo que ha tenido una dificultad inesperada, durante una operación delicada, y nos hemos temido lo peor. Lleva 15 días en la UCI después de una operación que en principio lo iba a devolver a su casa en 4 días.
Hace unos días ha comenzado a dar señales de recuperación y parece que finalmente podremos tenerle entre nosotros en poco tiempo y, mayormente, no demasiado perjudicado.
Hoy he comido con Helena, su compañera, que está siendo un baluarte de fuerza, cariño y sensatez para todos, y le contaba algo del proceso de coaching de Leo y el valor que ha demostrado en sacar su empresa adelante, arriesgando todo lo que tenía, e incluso lo que no tenía. Leo es una de las personas que está dispuesta a llegar hasta el borde del precipicio y dar un paso más, sabiendo que en muchas ocasiones el no estar dispuesto a tirarte al vacío, es justo lo que te detiene e impide tener éxito.
Esto, que contado así, suena a mitología y a héroe que vence dificultades (y de alguna manera lo es), en el día a día quiere decir estar dispuesto a verse haciendo cosas mal, corregirlas, verte volver a hacerlas equivocadamente, sentirte mal contigo mismo, pero no desesperar (ni tampoco abandonar) y continuar hacia adelante: es pasar por un infierno. Y Leo ha estado dispuesto a hacerlo.
Mientras estaba en la UCI han llegado noticias a su empresa de que ha conseguido dos proyectos muy importantes para él, así que la tristeza por la situación se veía alterada por la alegría de ver cómo su energía sigue impulsando su proyecto.
Pero sobre todo, lo más admirable ha sido ver la cantidad de amigos y familiares que están con él constantemente. Es verdaderamente alguien que se hace querer. Es un honor y un placer que mi camino y el suyo hayan coincidido.
¡Y vuelve pronto, que queda mucho por hacer!