Es probable que tengas una idea vaga o poco precisa de lo que es el coaching. Esto se debe, en parte, a que desconoces de qué manera trabaja un coach y cuáles son sus herramientas.
Por eso, te propongo algunos ejemplos de coaching que demuestran las estrategias y posibilidades de transformación que ofrecen estos procesos.
Coaching personal: La rueda de la vida
La rueda de la vida es una herramienta de coaching que ayuda diagnosticar el nivel de satisfacción y balance en tu vida personal. Se trata de un diagrama en el que puedes evaluar con puntaje entre ocho y diez áreas de tu vida.
Este ejercicio tiene el beneficio de que te ayuda a establecer prioridades y tener mayor conciencia de ti mismo como agente de cambio.
Otra ventaja es que se puede realizar con cierta periodicidad para medir los resultados de los cambios que hayas establecido para balancear tu rueda de la vida.
Llevar un diario personal
Seguramente hayas tenido un diario durante la adolescencia o incluso sigues teniendo el sano hábito de escribir de vez en cuando pensamientos o aprendizajes en una libreta.
Cuando planteas este proceso personal de escritura dentro del marco del coaching, no solo le das estructura a tus pensamientos, sino también un objetivo.
Una de las técnicas más comunes para empezar a escribir es utilizar una frase hecha al comienzo, que luego completarás con tus pensamiento. Por ejemplo, comenzar con “Siento confianza cuando…” o “Ahora mismo siento que…”.
Hacer listas
Otro método de coaching es realizar listas. Mucha gente siente cierta satisfacción al ver que pueden completar objetivos e ir reduciendo su lista. En este caso no se trata de cosas que debes hacer, sino más bien de aquello que has realizado o cualidades que posees pero a las que pocas veces das valor.
La lista puede tener un título como “20 cosas de las que estoy agradecido”, “Momentos de los que me siento orgulloso” o puedes extenderlo a tu proyecto personal pensando en factores que consideras que, por ejemplo, te hacen un buen líder.
Otra manera es completar la llamada “Lista de lo que tolero”. En este caso debes enfrentarte a frustraciones, procesos sin terminar, malos hábitos, falta de límites, entre otros tantos factores con los que lidiamos día a día.
Las listas ayudan a detectar necesidades y patrones.
Visualización de objetivos
Si la tarea de un coach es diseñar una ruta hacia tu mayor satisfacción y desempeño, tener objetivos marcados, medibles y factibles es el punto de partida de este camino.
El segundo paso de la visualización de objetivos es visibilizar cuáles son los pasos a seguir para conseguirlo. A partir de ese momento se estima un período de tiempo para empezar a implementar esos cambios.
Hay un gran factor emocional en este tipo de ejercicios, por lo que tienes que estar abierto a darle forma a la visualización de la manera más personal posible.
El modelo GROW
GROW hace referencia a las siglas inglesas Goal (objetivo), Reality (realidad), Oacles (obstáculos) y Way forward (ir hacia adelante).
Así, la definición de un objetivo o resolución del problema se divide en cuatro pasos: definir una meta de la forma más clara posible, ver el estado actual de esa situación, reconocer las opciones y obstáculos, y ver cuáles son los pasos a seguir para superar la situación.
Como habrás notado, gran parte de los ejercicios de coaching son escritos, precisamente porque el proceso de escritura es una primera forma de entendimiento.
Además, al estar escrito nos ayuda a regresar en el futuro a nuestras notas y medir el avance o los ajustes que debemos realizar.
Estos son algunos ejemplos ejercicios de coaching que espero te ayuden a comprender mejor las metodologías de trabajo de un coach profesional.
Si quieres explorar más a fondo cómo te puede ayudar el coaching empresarial pincha en el enlace.