En el último post comentaba que “esa tarea” que sé que tengo que hacer, que es importante, pero que pospongo porque no me apetece, o no me gusta, o por lo que sea, podemos considerarla una “rana” y que hacer la tarea (tragarse la rana) supone que liberaremos mucha energía para hacer todas las demás cosas que quedan por delante.
Para continuar con la idea, apliquemos un par de reglas para tragarse las ranas:
Regla número 1.
Si tienes que tragarte dos ranas, trágate la más fea primero.
En efecto esto quiere decir que si tienes dos tareas importantes ante ti, comienza por la más grande, la más dura o la más importante. Habitúate a comenzarla inmediatamente y a persistir hasta que la tarea esté acabada, antes de pasar a nada más.
Tómatelo como un concurso o un reto personal. Recuérdate a ti mismo constantemente que una de las decisiones más importantes que tomas a diario es qué vas a hacer de manera inmediata y que vas a hacer más tarde (o no hacer en absoluto).
En concreto:
¿Cómo decides cada día por qué tarea comienzas? ¿Qué decide a diario el orden de prioridades de tu actividad?
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