La Mentalidad de Emprendedor y el pequeño empresario – una paradoja
¿Qué es esto de la Mentalidad de Emprendedor y para qué sirve? Buena pregunta. Pero déjame que te haga la pregunta que realmente me parece importante: ¿Por qué personas inteligentes, trabajadoras, excelente profesionales, con pasión, que se lanzan a un reto con ganas de cambiar el mundo, o al menos su mundo, tras años de dedicación y esfuerzo acaban viéndose yendo de acá para allá, reducidos a ir apagando un fuego tras otro, sin tiempo para prevenir nuevos fuegos, no acaban de llegar a fin de mes con facilidad o al menos de tener tranquilidad financiera, ni profesional, ni siguiera disfrutando con lo que hacen? Y además, siguen así, empeñados, año tras año como si alguien hubiese secuestrado su inteligencia para que no logren ver que por ahí no es.
Empeñados en continuar haciendo lo mismo, aunque no les aporte los resultados que buscan. Pensando que si estas acciones no les están surtiendo efecto, será porque no hacen suficiente. Si esta medicina no les funciona, deciden que tienen que tomar más de lo mismo (en lugar de buscar otra medicina). Y, ¿cómo es que, normalmente, toman sus directrices, sus criterios – es decir, se autorrecetan la medicina – (hay que trabajar mucho, no puedes tomarte vacaciones, hay que tener precios bajos para empezar, al inicio tienes que aceptar todos los trabajos, etc…) de personas que NO tienen, ni NUNCA han tenido, un negocio exitoso… Casi siempre son consejos de personas que NO han logrado poner en marcha un negocio exitoso haciendo lo que proponen.
Realmente es paradójico y asombroso
¿Por qué ocurre esto?
Los resultados que una persona obtiene como pequeño empresario son un resultado directo de su posicionamiento personal: sus conocimientos, sus habilidades y su personalidad, por un lado; su auto-imagen, sus creencias, sus motivaciones por otro. Además de esto – de lo que cada uno somos – , formamos parte de varios sistemas a la vez: nuestra familia, nuestros amigos, nuestros conocidos, la sociedad actual… cada uno de ellos nos envía mensajes que pueden facilitar o dificultar nuestro desarrollo como profesional autónomo o empresario. Mensajes como “es muy difícil”, “la economía está mal”, “el autónomo tiene que trabajar sin parar, no puede ponerse enfermo, no puede decir no a los clientes”, “los clientes sólo buscan un precio más barato”, “hay que estar siempre disponible…”, “si tu producto es bueno los clientes llegarán” son mensajes que se transmiten – sin cuestionarse si son verdaderos o no (¡no lo son!) – que nos hacen quedarnos estancados y no ver las posibilidades que nos ofrece la vida, si sólo aprendiésemos a mirar, y ver, de otra manera.
¿Por qué, dadas las mismas circunstancias, algunos sí lo consiguen y otros no? Las situaciones externas son las mismas. Lo que cambia es la persona; mejor dicho, cómo la persona interpreta la situación. No se trata de conocimientos (sólo), no se trata de experiencia (sólo); se trata, sobre todo, de MENTALIDAD. De tu posicionamiento con respecto a aquello a lo que te estás enfrentando.
Desde dónde lo abordas.
Depende de tu Marco de Referencia.
Mi afirmación
Puedes tener un trabajo autónomo razonable (cómo autónomo o como pequeño empresario – es lo mismo), en el que cada vez trabajes menos y cada vez puedas ganar más. Que te dé satisfacción y tranquilidad para ocuparte de tu familia e incluso dar trabajo a otros (y sustento a otras familias). Que te permita tener tiempo libre. Pero (y este es el truco):
NO SE PUEDE HACER CON LA MENTALIDAD QUE TIENES AHORA.
¿Cómo sé qué mentalidad tienes ahora? Porque si tuvieses la mentalidad adecuada ya lo habrías conseguido, o estarías avanzando claramente en el camino. Y, seguramente, no estarías leyendo esto. Piensa en un nombre que conozcas como gran empresario o empresaria. E imagínate que esta persona se encargara de tu negocio durante los próximos 12 meses: ¿qué crees que ocurrirá en tu negocio? Probablemente, se dispararía ¿verdad?
Lo que yo propongo es que lo que te está deteniendo es tu mentalidad. Lo que piensas, y en concreto, cómo piensas. Y, más concretamente aún, cómo te interpretas a ti mismo y cómo interpretas la situación en la que estás. Esto, exactamente, es lo que te detiene. Te mantiene donde estás. No sólo te detiene “mentalmente”, sino que te impide comenzar a hacer incluso las cosas que ya sabes que tendrías que hacer. Es tu mentalidad la que te impide dar los pasos adecuados. Por lo tanto, para cambiar los resultados que estás teniendo no necesitas fijarte principalmente en cambiar lo que haces (esto llegará).
Se trata de cambiar tu mentalidad.
Cómo conseguir la mentalidad de emprendedor
Pero, y esta es la piedra de toque, dónde todos tropezamos, el cambio de mentalidad no se puede improvisar. Adquirir la mentalidad de emprendedor no lo puede, normalmente, forzar uno por sí mismo. Cambiar tu mentalidad requiere un impulso externo: o una catástrofe, o un trabajo metódico de enfrentarse a las mismas situaciones desde perspectivas diferentes. Esta última opción es menos traumática que la primera, aunque más lenta y suele requerir ayuda externa. Pero sin este cambio, te verás repitiendo un círculo vicioso (como puedes observar en la inmensa mayoría de los autónomos, profesionales liberales y pequeñas empresas a tu alrededor. Aunque cada uno de ellos lo achaque a diferentes motivos todos tienen 2 cosas en común:
- La culpa no es de ellos sino de algo externo: la situación económica, los impuestos, el mercado, los clientes no saben lo que necesitan (no, no es exageración, muchos pequeños empresarios están convencidos de que ellos sí saben lo que los clientes necesitan, pero sus clientes no lo saben), los proveedores no son fiables… lo que sea. Conforme cambian las situaciones, pueden cambiar un poco los agentes externos a los que culpabilizan. Pero una cosa está clara: LA CULPA NO ES DE ELLOS. No parecen reparar en que, en las mismas circunstancias, unos pocos sí logran tener éxito.
- NO tienen mentalidad de emprendedor. Esto es más difícil de ver si uno mismo no la tiene. Pero los síntomas son – además de lo de echar la culpa fuera -, el hablar casi exclusivamente de su producto o servicio, el pensar que el esfuerzo y la pasión son suficientes para sacar adelante un proyecto, que si haces bien tu producto o servicio los cliente vendrán… Ahora estos razonamientos pueden parecerte… “razonables”, pero una vez que hayas adquirido la mentalidad de emprendedor, verás cómo de equivocados están. No porque no haya que hacer bien el producto, por ejemplo, sino porque el éxito de tu proyecto no depende principalmente de eso.
Entonces, salvando la catástrofe, ¿cómo comienzo el trabajo metódico para adquirir la mentalidad de emprendedor?
Pues, lo puedes hacer mediante esfuerzo personal – muy meritorio, muy difícil, y bastante lento – o buscar alguien que te acompañe.
Y, ¡qué casualidad! Es justo a esto a lo que me dedico…
A acompañar a personas como tú a acelerar su éxito, ayudándoles (algunos de mis clientes dirían forzándoles, pero no hagas caso…:-)) a adquirir la perspectiva más adecuada para ello. El método que utilizo para ayudarte a cambiar tu mentalidad es guiarte a ir haciendo las cosas que tu proyecto necesita de manera que tu perspectiva va cambiando – necesariamente – a medida que avanzas. Una vez que tu perspectiva cambia, muchas de las dudas, incertidumbres, miedos e inseguridades que ahora tienes, y te están deteniendo, desaparecerán. Ya no hará falta imaginarse nada: ahora ves.
Como cambia tu perspectiva cuando subes un monte
Como cuando alguien va subiendo una montaña: al principio no ve dónde va, ni lo que hay al otro lado. Si tienes curiosidad por saber qué hay al otro lado, o qué tendrás que hacer cuando llegues, puedes preguntar y te lo pueden contar. Pero no vas a saber realmente cómo es la cosa… … hasta que llegas arriba. Entonces lo ves… y no hay nada más que decir: todo está claro. El trabajo que hago con mis clientes es ayudarles a subir a la perspectiva adecuada para dirigir bien su negocio… y de paso vivir mejor: trabajar algo menos (si quieren), tener mejores relaciones (si quieren), ganar algo más de dinero (si quieren)… y, conseguir un negocio que funcione, en gran medida, de manera autónoma.
¿Te interesa?
Si quieres que exploremos si este trabajo es para ti, si quieres desarrollar tu negocio más deprisa, y con mayores garantías de éxito, puedes solicitar una entrevista gratuita, sin ningún compromiso pulsando aquí y seleccionando un hueco para que hablemos. Espero tus noticias…
Coaching en grupo sobre la Mentalidad del Emprendedor
Y, por si tienes interés, pero ahora mismo no estás preparado para coaching individual, hay otra posibilidad: el programa de coaching en grupo La Mente del Emprendedor.
En breve – el día 16 de septiembre, concretamente – comenzará otra edición de este programa, en versión mejorada (tras cada iteración, gracias a las sugerencias de quienes participan, logramos mejorarlo un poco). Es un programa online de 6 semanas (con algún bonus), guiado, en vivo, en el que exploraremos cómo podrás comenzar a desarrollar la Mentalidad del Emprendedor. Ni está grabado, ni es un webinario. Las plazas están limitadas para que todos podáis participar, compartir y preguntar. Saldrás con una idea muy clara de dónde estás, y qué necesitas hacer para moverte en la dirección adecuada. Además, es una oportunidad compartir con otras personas en situaciones similares, y para experimentar si el coaching es para ti, con un coste muy inferior al coaching individual: el coste es sólo 245€ (+ IVA si vives en España), por todo el programa. Pero además, si te apuntas antes del 31 de agosto, el precio es de 225€ (+ IVA si vives en España). Pincha aquí para más información.