Algo que hago con mis clientes, cuando aún no tienen un sistema bien establecido para vender su producto o servicio, es invitarles a vender de la manera más “básica”: coger el teléfono y ponerse a llamar.
En un varias ocasiones, hemos conseguido aumentar sus ventas x2, x3 y hasta x5, simplemente estableciendo contacto con posibles compradores.
- En un caso fue poniéndose en contacto con personas que en algún momento en el pasado habían manifestado interés, pero hacia tiempo (hasta años) que no habían vuelto a dar señales de vida.
- En otro caso, la empresa pasó de estar a punto de cerrar a tener su mejor año en facturación, simplemente recopilando todos los presupuestos enviados en los dos últimos años y llamando para interesarse por la situación. Así de sencillo.
- En otro caso, simplemente haciendo una lista de empresas que cumplían el criterio que habíamos establecido y ponerse a hacer un número concreto de llamadas cada día.
Vender de manera sofisticada es, probablemente, mejor que vender de manera “burda”. Pero salir a vender, aunque sea de manera “burda”, aunque sea llamando puerta a puerta, es infinitamente superior a quedarse delante del ordenador.