Voy a imaginarme que ya hiciste las tres listas del anterior artículo.

Si no las has hecho, te propongo que lo hagas ahora para que el resto del artículo tenga sentido.

Bueno, una vez hechas, como te comenté, vas a sacar tus competencias.

Una lista de fortalezas

Las competencias estratégicas, para ser sostenibles, tienen que ser una combinación de conocimientos, habilidades (saber hacer) y procesos (o maneras en las que hacéis las cosas).

Al final puede que tengas 1, 3, 5 o 19.

Pero es importante que hagas estas listas para sacar tu lista de competencias.

Si no las has hecho, lo que leas a partir de aquí te va a sonar a “ya claro, es obvio”, pero será igual que si ves a una persona volando un ala-delta y te parece obvio.

No quiere decir que lo hayas “pillado”.

Podríamos considerar estas listas – no en sentido técnico, sino en general – como tus fortalezas. Las fortalezas de tu negocio.

Pero, con las fortalezas sólo no vale para apoyar el desarrollo de un negocio.

Necesitas apoyarte en competencias. En concreto en alguna competencia o competencias que resulten estratégicas para tu negocio.

¿Cómo hacer el paso de fortalezas a competencias?

Con las tres listas que ya has hecho, busca una combinación de conocimiento, habilidades y procesos. Una combinación que tenga sentido en tu mundo.

Es muy difícil, sin conocerte, darte una idea de lo que podría ser una combinación particular en tu negocio.

Para ayudarte, voy a compartir contigo lo que yo hice con la empresa de traducciones técnicas que tenía, cuando me vi obligado a “re-inventarme”.

Por ejemplo, identificamos el proceso de gestión de proyectos, el conocer idiomas y saber traducir con las herramientas de ayuda a la traducción como una competencia.

Otra competencia era la misma gestión de proyectos de traducción, conocimiento informático y experiencia en compilar y descompilar software.

Otra competencia era traductores de varios idiomas, un sistema de coordinación eficiente, y conocimiento de las necesidades del sector.

Otra competencia era el conocimiento informático, acceso a diferentes sistemas operativos, y procesos de seguimiento de errores de compilación.

Al final nos salió una competencia muy curiosa que era conocimiento y experiencia en procesos de localización de software en varios idiomas y plataformas, procesos muy estandarizados y optimizados y tamaño pequeño (de empresa).

El tamaño de empresa es un factor que, dependiendo de tu cliente puede ser importante o no.

En algunos casos es definitorio.

Luego veremos que tendría una importancia capital en que mi empresa pasase en 4 años de facturar 25.000€ a casi 600.000€

Pero, en fin, ahora de lo que se trata es de que hagas más o menos lo mismo: con tu lista de conocimientos, habilidades y procesos haz una lista de diferentes combinaciones para ver si logras 1 o más diferentes competencias.

La base de la estrategia competitiva

Una vez hayas hecho esto podrás pasar al siguiente paso: Cómo valorar cuál es la que puedes utilizar como fundamento de tu estrategia competitiva.

Ya casi has superado la parte más ardua del proceso.

Con el siguiente paso utilizaremos un sistema muy sencillo para que puedas identificar con claridad cuál de estas competencias es la clave para tu negocio.

Hasta el siguiente artículo.

NOTA: Aunque te pueda parecer que hacer todo esto es “despistarte” de tu trabajo, estas cosas son las que realmente marcan la diferencia. Es la diferencia entre ser eficiente y eficaz. Aquí tienes una explicación.