El coaching ejecutivo es una herramienta muy potente para que los directivos y las personas de sus equipos logren dar lo mejor de sí mismos y de sí mismas.

Como dicen las abuelas -o al menos la mía lo decía-, cada casa es un mundo. Lo mismo se puede decir de las empresas. 

Todos sabemos y constatamos que, en el día a día de una empresa pueden surgir malentendidos, momentos de desmotivación, frustración y un sinfín de eventualidades que, en lugar de hacer avanzar al proyecto, lo van dinamitando poco a poco.

Y estos pequeños malentendidos, o frustraciones, comienzan a consumir la energía de las personas, de manera que se dedica más tiempo a estas circunstancias que a la consecución de los objetivos empresariales.

Como líderes, muchas veces nos gustaría que las personas que colaboran con nosotros sientan la misma pasión y entusiasmo que nosotros sentimos por lo que estamos haciendo, o que comprendan nuestra visión y objetivos de manera exacta. 

El coaching ejecutivo es una herramienta que nos permite ayudar a cada persona a conectar con la mejor versión de sí misma. 

Convertirse en la mejor directora posible, o en el mejor gerente posible.

Y a dar lo mejor de sí.

El coaching ejecutivo es una metodología que ayuda a directivos y colaboradores a potenciar sus habilidades.

Y, dentro de los diferentes tipos de coaching que se explican aquí, está más cercano del coaching puro que del coaching mixto (como es el caso del coaching empresarial, por ejemplo).

Coaching Gerencial Que es y para que sirve

¿Cuándo es apropiado o necesario el coaching ejecutivo?

El coaching ejecutivo no es sólo para los momentos de urgencia o emergencia.

De hecho, el uso más productivo del coaching ejecutivo es para evitar que se produzcan situaciones de este tipo.

Cuando un directivo o una líder empiezan a tener dificultadas para enfrentar un reto: un nuevo puesto, un cambio en la organización, un conflicto en la cadena de comunicación, es el momento de actuar.

Es mucho más productivo y eficiente – y mucho menos costoso a la larga – emprender con esta persona un proceso de coaching que ayude a mejorar sus competencias, a desarrollar una nueva comprensión de la situación o a descubrir soluciones, antes de que la persona se vea desbordada y la situación se convierta en crónica.

Una vez que las situaciones se convierte en crónicas, esto supone un alto coste desde el punto de vista de la motivación, la colaboración, la rotación de personal, la falta de comunicación, etc.

Los directivos, gerentes y mandos intermedios representan para los colaboradores y empleados la empresa.

Si su relación con ellos es buena, sentirán que la empresa los trata bien y merece su esfuerzo. Si su relación con ellos es deficiente, sentirán que la empresa los trata mal y no merece su esfuerzo.

Todo lo que la dirección haga por mejorar la capacitación de sus directivos- empezando desde arriba – es la mejor inversión en la rentabilidad y productividad de su empresa, pues además de la inversión directa en la mejora de las capacidades de sus directivos, es una inversión indirecta, pero muy potente, en la satisfacción de los empleados y colaboradores.

Sin embargo, en ocasiones, las situaciones se nos van de las manos.

Aquí tienes algunas señales de que el coaching ejecutivo sería urgente para tu empresa:

  • Alta rotación de personal;
  • Muchas bajas laborales médicas no habituales;
  • Desmotivación en general;
  • Falta de comunicación entre personas, departamentos o secciones – creando silos de información que perjudican a la empresa;
  • Dificultades para lograr los objetivos, o incluso que las personas se comprometan a ellos.

 

¿Qué se busca con el coaching ejecutivo?

El coaching ejecutivo puede ayudarte a conseguir personas comprometidas con su desarrollo profesional y personal. Y comprometidas con la visión y los objetivos de tu empresa.

Personas dispuestas a desarrollar sus competencias de liderazgo y dirección.

Personas que se convierten en los mejores líderes que pueden llegar a ser. En los mejore directivos que pueden llegar a ser.

Líderes que saben obtener lo mejor de sus equipos.

Que potencian la comunicación, la colaboración, la cordialidad, el compromiso y la orientación a resultados.

Que aprenden a ser empáticos a la vez que claros.

Líderes que son capaces de modular su estilo de dirección dependiendo de las circunstancias y de las personas que tienen a su cargo.

Que saben en todo momento “qué toca”, y lo hacen.

Líderes que, gracias al coaching ejecutivo, pueden ellos mismos aprender a ser coaches y desarrolladores de los miembros de sus equipos.

Tus trabajadores te lo agradecerán. Tus directivos te lo agradecerán. Tus colaboradores te lo agradecerán, pero sobre todo,

Tu empresa te lo agradecerá.

Si volvemos a la imagen de la casa, podemos entender que cada empresa tiene sus normas, valores, creencias, metas e incluso rutinas. Por eso el coaching ejecutivo es fundamental hoy por hoy en cualquier organización: es un método versátil que se adapta mejor a las demandas y volatilidad del mercado, y a la vez una manera de conocer cada detalle de esa casa para saber guiar a sus miembros hacia un objetivo común.

Tú y tus directivos y líderes sois lo más importante para la empresa.

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