Mejora Continua

File:Paco de Lucia Vitoria 1.jpg

Recuerdo ir a ver un concierto de Paco de Lucía y ver cómo de fácilmente tocaba lo que que yo, y tantos otros aspirantes a guitarristas, sabía que era endiabladamente difícil.

A la salida, comentando justo esto (¡es que lo hace parecer fácil!), alguien dijo: “es que es fácil… para él”. Efectivamente, si a Paco de Lucía le costase tanto como a mí, lo tocaría más o menos como yo…

Y, es que de lo que se trata, como instrumentista, o como vendedor, o como profesional, de mejorar gradualmente hasta que sea fácil para ti. No se trata de que sea fácil (o difícil) ahora, sino de ir mejorando, hasta que sea fácil.

A ver si me pongo…

Todos tenemos objetivos que quisiéramos alcanzar, o cosas que sabemos que necesitamos hacer, pero que posponemos por diferentes motivos. Y acaban por o pesar sobre la conciencia – si son lo que consideramos obligaciones, o generarnos una sensación de impotencia – si son cosas a las que aspiramos para mejorar personalmente.

A veces cuando finalmente nos ponemos manos a la obra y acometemos eso que llevamos tiempo posponiendo o postergando de repente se nos va la mirada a “todo lo que nos queda” y, una vez más, nos venimos abajo.

Y, sin embargo, la respuesta está a la vista, y la vemos a diario:

los músicos, los deportistas, los artistas gráficos que tanto seguimos y que tanto admiramos trabajan a diario para mejorar. Hacen pequeñas cosas que, a la larga, los hace mejores y logran que les resulte fácil lo que a los demás nos parece tan difícil.

Lo que tendemos a hacer cuando decidimos que nos vamos a poner manos a la obra hacia un objetivo es fijar el objetivo y esforzarnos por movernos en esa dirección. Si es posible a grandes saltos, mejor.

Objetivos como mejorar las ventas en la empresa, mejorar mi desempeño como empresario, mejorar la motivación, desarrollar un conjunto de procedimientos de producción, o bajar de peso o mejorar el tiempo que tardo en correr una distancia, tomar mejores decisiones…

Los resultados de este enfoque están a la vista: la mayor parte del tiempo, se acaban quedando por el camino, junto con nuestra motivación para el esfuerzo que requieren.

Hay un enfoque que produce muchos mejores resultados: pequeñas mejoras de manera continua. Y esto es lo que nos enseñan los instrumentistas, y los deportistas de élite, por ejemplo. Trabajar los pequeños detalles a diario a la larga te lleva al objetivo.

Poco a poco – un 1%

Hacer pequeñas cosas, a diario, por supuesto, que no es tan glamoroso como estar 12 horas al día haciendo esfuerzos heróicos… durante una semana. Pero ofrece resultados mucho mejores.

Si cada día mejoramos un poco, 1%, por ejemplo, en una actividad, habilidad o capacidad, al cabo un año habremos mejorado un 37.78%. Es decir, seremos casi un 40% mejores… en cerrar clientes, dirigir mi empresa, estaré mejor de salud, relaciones, etc. Lo que sea que nos hayamos propuesto.

Si te parece que 37% de mejora en un año es poco, no tienes mas que llevar la vista atrás a los últimos 3 años que, probablemente, lleves posponiendo, retrasando y poniendo excusas para ponerte (o te has puesto y lo has dejado) y ver cuánto ha mejorado tu nivel…

De haber dedicado todos los días un pequeño rato a una mejora del 1% hoy serías el 37% mejor después de un año. Si mantenemos una inversión de 1% acumulada durante 2 años, tendremos 1.292% de mejora después de dos años… Ya habrás oído que si dedicas 10 años a esto, te convertirás en un maestro. ¿Por tu talento? No necesariamente, sino por tu dedicación continuada a las pequeñas mejoras.

Como digo, lo que ocurre es que no es muy heróico ni divertido y me gratifica más dedicarme a quejarme o lamentarme de cuánto me queda por hacer que sentarme y hacer hoy un 1% mejor. Mañana otro 1%. Pasado mañana otro 1%… y así sucesivamente.

¿Cómo sería?

Pues por ejemplo:

Si tengo una lista de procedimientos por preparar, sentarme todos los días 15 minutos y avanzar.

  • Si tengo unos objetivos de ventas, sentarme todos los días 30 minutos y hacer las llamadas que me he asignado.
  • Si quiero mejorar mi rendimiento como empresario, dedicar 15 minutos al día a esa mejora (leer, escribir, escuchar).
  • Si quiero reducir peso, bajar cada día las calorías un 1%… o salir a caminar 5 minutos y luego ampliar un minuto…

Y si cuesta empezar…

Y si aún me cuesta, por ejemplo, sentarme 30 minutos a hacer las llamadas, tengo un nuevo objetivo: llegar al objetivo.

  • Ponerme una hora fija cada día y hacer una llamada el primer día, 2 el segundo, 3 el tercero, etc.

Si me cuesta salir a correr 15 minutos:

  • Salir a correr 1 minuto, el siguiente día 2 minutos…

Si te oyes a ti mismo decir: ¡pero cómo voy a salir a correr 1 minuto! Recuerda que esa voz es la que te mantiene donde estás. Si sales a correr un minuto, y aumentas un minuto cada día (o 5 por semana, si descansas un día), al cabo de 4 semanas – que pasan en seguida – estarás corriendo 20 minutos. A partir de ahí, puedes salir a correr 20 minutos 3 veces por semana por ejemplo.

No sólo no hay problema con aumentar 1 minuto. Si ves que necesitas ir más despacio y aumentar sólo 30 segundos cada día HAZLO.

De lo que se trata es de ir mejorando continuamente, en pequeñas dosis.

Las mejoras se acumulan – como el interés compuesto – y al final, con ese poco esfuerzo, puedes llegar a lugares insospechados.

Porque el esfuerzo real no está en el correr, por ejemplo, sino en el ponerte en marcha y hacerlo y mantenerte a diario: esa es la clave.

Foto:JavidBaku