Ahora que la higiene está en boca de todos, podemos aprovechar y aplicar el concepto a otra área: el área financiera.
Viendo cómo es posible encontrarse repentinamente en una situación imprevista, he aquí algunas ideas sobre cómo gestionar nuestra salud financiera en el día a día, para conseguir una situación menos dependiente del momento.
Si aún no tienes esto como hábito, puede ser un buen objetivo conseguirlo, pues siempre será indicativo de buena salud económica.
Esto es especialmente apropiado para todos los profesionales liberales que trabajan por cuenta propia: consultores, coaches, asesores, entre otros…
Reglas de higiene financiera para autónomos
- Ten dinero en efectivo en casa – por si los bancos, cajeros, etc. dejan de funcionar o estar disponibles. Puedes guardarlo en una caja fuerte ignífuga – donde también puedes guardar otras cosas como papeles de los seguros, escrituras, etc. y otros objetos valiosos.
- Hazte un presupuesto familiar. Lo ideal es que sepas cuánto gastas y en qué lo gastas. Ese es el primer paso. Después, fíjate un presupuesto para los diferentes gastos y atente a él.
- Ten cuentas bancarias diferentes para tu negocio y para tu vida no profesional. En concreto, deberías aspirar a tener en una cuenta separada el equivalente a 6 meses de tus ingresos.
- Intenta cobrar antes de empezar tus trabajos/proyectos. O al menos, muy al principio.
- Intenta tener una cuenta adicional (además de la que tienes con el dinero para 6 meses) donde metes una pequeña cantidad de manera periódica, para ahorro a largo plazo. Algo que puedas mantener constante. Por poco que sea sirve, tanto para acumular algo de reserva adicional, como para reforzar el hábito de ahorro.
En sí mismas estas reglas pueden servir para orientar algunas decisiones empresariales. Si logras implantar este sistema de higiene financiera, querrá decir que hay muchas cosas que estás haciendo bien en tu negocio.