Ya parece que, tras mucho esfuerzo, logras llegar a fin de mes con tu empresa, tienes clientes, tienes algunos empleados…
…pero por algún motivo dar el siguiente paso se hace cada vez más complicado. No puedes tomarte vacaciones, no pasas suficiente tiempo con tu familia – ya te has acostumbrado a eso – ni con tus amigos. Te pasas el día de acá para allá.
Te sientes importante… sin ti el negocio no avanza. Pero también puedes llegar a sentir agobio: sin ti el negocio no avanza.
¿Como dar el siguiente paso? O más bien: ¿Cuál es el siguiente paso?
El siguiente paso es una empresa que trabaja para ti, en lugar de que tú trabajes para tu empresa
El siguiente paso es una empresa que tiene un precio en el mercado – el verdadero valor de tu empresa – en lugar de que sea un sueldo que te sacas.
El siguiente paso es que tú comiences a interpretar que esto es lo que tendría que pasar, pues tu empresa nunca puede crecer más allá de lo que cabe en tu mente… sin querer tú la sabotearás.
Por eso se trata de desarrollar la Mente de Empresario.
De convertirte en Empresario.
Para que tu empresa crezca y, realmente se convierta en una empresa, es imprescindible que tú, la persona que lo ha puesto en marcha, deje de estar con las manos metidas en todos los “fregaos”, y para esto es imprescindible pasar a una gestión más profesional.
Llevada como lo llevaste cuando la pusiste en marcha (y la mayoría de las pymes se mantiene así toda su vida), tu empresa tiene un techo que no podrá superar.
Ese techo probablemente ya lo estés tocando.
Para atravesar ese techo inconsciente hay que hacer un cambio.
¿Cómo se ve ese cambio desde fuera?
Es muy sencillo: estás en la mentalidad adecuada si en tu empresa hay (o estáis en ello):
- Una idea clara y definida – estratégica – de cómo será tu negocio y cuándo habrás llegado. Por escrito.
- Una definición clara de la propuesta de valor, de tu cliente ideal y cómo llegas a él. Por escrito.
- Un organigrama claro, realizado alrededor de áreas funcionales (y no alrededor de personas). Cada puesto tiene unas responsabilidades muy claras (no una lista de tareas).
- Un manual de procedimientos que incluye al menos:
- Producción
- Administración
- Contratación – proceso de selección, descripción de puesto de trabajo, proceso de incorporación a la empresa.
- Un sistema para vender – Se utiliza un sistema escrito.
- Proceso de marketing escrito y comunicado – y alineado con el objetivo (porque… tenéis objetivos ¿verdad?).
- Información clara y actualizada sobre KPI financieros (ventas, margen bruto, punto de equilibrio, márgenes de líneas de productos)
Si tienes una empresa con todo esto, tienes (o puedes tener) una empresa que trabaja para ti.
En caso contrario, serás tú quien esté al servicio de tu empresa… probablemente, para siempre.