Dice Tim Ferris que estar ocupado es una forma de “pereza”. La pereza del pensamiento perezoso y la acción indiscriminada.

Creo que tiene razón: se trata de la pereza de no molestarme en parar, pensar y decidir qué hacer.

Preferir seguir moviéndome, sin saber realmente hacia donde, a parar y hacer lo que, en el fondo, sé que tendría que hacer, pero que me da pereza (o miedo, o resistencia, o…).

La acción es hipnótica y parece tener sentido en sí misma. Sobre todo si a nuestro alrededor nos animan, o nos premian, o nos consideran mejor por estar “haciendo” todo el rato.

Cuando alguien me dice que no tiene tiempo, o está demasiado ocupado, etc., como si fuese algo positivo, a mí siempre me viene la sensación de alguien que ha abandonado la posibilidad (su responsabilidad, de hecho) de controlar su vida, y además espera algún tipo de reconocimiento o comprensión.

Mira si puedes desocuparte un poco. Crear un espacio donde puedas respirar 5 minutos. Contemplar hacia dónde te diriges y si es el sitio al que quieres ir. Verás qué diferencia genera en tu día a día, en tu trabajo y en tu vida.